En cada puntada hay una historia, y esta imagen lo dice todo. Mientras mis manos dan forma a un nuevo proyecto con el ganchillo, detrás descansa un pequeño milagro: un bebé envuelto en ternura dentro de una cuna que no solo abriga, sino que emociona. Esta cuna con forma de elefante fue tejida con paciencia, amor y una visión clara: crear un espacio que no solo sea funcional, sino que despierte sonrisas y memorias. Las orejas suaves, el tronco curvado y los ojos bordados no son solo detalles… son caricias visuales que convierten lo cotidiano en mágico.🧶 ¿Por qué crear algo así? Porque el arte del amigurumi y el crochet va más allá de lo decorativo. Es una forma de contar historias, de transmitir emociones, de construir puentes entre generaciones. Esta pieza es un homenaje a la infancia, a la creatividad y a la calidez del hogar.

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